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Posted By Maria Carolina Baulo,
Wednesday, October 3, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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“Mudar” Objetos Metal, madera, espejos, botella, termómetro, labial 45 x 35 x 30 cm aprox. c/u. Año 2010
Dibujos, objetos e instalaciones; ése es el universo de la cordobesa Marisol San Jorge formada en Dibujo Publicitario en la Escuela Provincial Lino Enea Spilimbergo y Arte en la Escuela Provincial Dr. José Figueroa Alcorta. Marisol logra hacer convivir en su obra el plano de lo racional con la espiritualidad, volcando sus conocimientos trabajos que van desde las ilustraciones hasta las instalaciones con objetos ready made.
Su obra se expuso en espacios culturales y museos del país tales como el Museo Emilio Caraffa, el Museo Genaro Pérez, 220, CACC, la Sala Farina, el Palacio Ferreyra en Córdoba y el Palais de Glace, FNA, Bienales Gráficas ArteBA en Buenos Aires. Ha obtenido becas de Fundación Antorchas y del Fondo Nacional de las Artes para perfeccionamiento y producción y paralelamente ha desarrollado la identidad visual para las ciudades de La Rioja, Rosario y Posadas y para las provincias de Misiones, Mendoza, Catamarca, y Santa Fe, también para Anses y el Ministerio de Transporte de la Nación. Su obra integra varias colecciones privadas.
“Mudar”, Objeto instalado. Metal, correas, espejo. 250 x 100 x 30 cm c/u. Año 2010
Maria Carolina Baulo: Si algo destaca en tu trabajo es ese diálogo permanente entre binomios como por ejemplo: + racionalidad/espiritualidad, vida/muerte, luz/oscuridad, entre tantos. Me gustaría empezaras compartiendo un poco de ese universo que fundamenta conceptualmente tu obra.
Marisol San Jorge: Ese diálogo veo que aparece en mi intento de posarme en un territorio e instante intermedio. La dualidad es una ficción que hemos construido entre todos. No hay ni cielo, ni tierra y existe algo anterior, una tensión animal que nos atraviesa, una amoralidad primordial. Me interesa sobremanera la potencia de ese territorio y también el instante imposible de congelar el movimiento, el tráfico que acontece allí entre lo dado y lo construido.
“Profanando” Objeto instalado Sopapas, goma y madera quemada 100 x 130 x 30 cm Año 2016
MCB: La materialidad, el cuerpo, los objetos, las instalaciones son las formas plásticas más afines a tu sensibilidad artística. Y todo eso atravesado por una mirada que combina el aspecto ritual, mítico, mágico y al mismo tiempo lógico. Continuando la pregunta anterior, ahora te pregunto cómo se plasma esto en la práctica, de qué recursos plásticos te vales
MSJ: Comienzo con un acto de picardía y violencia hacia cada universo, realizo recortes en ellos, apostando a un suspenso, a un movimiento por acontecer con mayor peso que la pérdida. Intentando construir brevísimos instantes poéticos que deshagan la dinámica del drama o reduzcan la fuerza de los límites. Tomo objetos cotidianos elaborados la industria, también material orgánico, modifico algunos, también construyo dobles de sí mismos, varío sus escalas, cambio sus sustancias, a otros los dibujo. Elaboro también piezas con esos fragmentos. Cada fragmento pasa a ser un símbolo, o una señalética de su propio universo.
MCB: Dibujos, ilustraciones se asocian con objetos cotidianos, domésticos que intervienes mínimamente pero que resignificas en esa intervención. Materiales tales como las cenizas, tierra, piedras, carbón, madera, arcilla, dientes, insectos, combinados con otros tantos de una factura industrializada: terciopelo, ropa, cintas de tela, tinta china, lápiz. Una vez más, aquello manipulado por el hombre sumado a lo que escapa a su pequeño círculo de control. Contanos sobre la elección de los materiales y soportes
MSJ: En la elección de los materiales me guían dos formas de encuentro, a veces se desencadena del simple roce con un material, con su temperatura, con su textura, y otras veces, aparece una imagen sin cuerpo en el aire que ya viene con su “lista de materiales”. A partir de allí se suma mi pensamiento, razón y acción que me lleva a elegir objetos “genéricos”, con menor rastro de estilo, con mayor ausencia de tiempo y contexto.
“Mudar” Objetos Metal, madera, espejos, botella, termómetro, labial 45 x 35 x 30 cm aprox. c/u Año 2010
MCB: Tomando un ejemplo que quieras de una muestra en particular -donde el foco esté puesto en el espacio-, contanos sobre el proceso de trabajo para llegar al resultado final.
MSJ: En Topología Asterisca, trabajé con la arquitectura del lugar, dispuse objetos, que como dije anteriormente, construyo a partir de la suma de diferentes fragmentos: un objeto dado por la industria, un objeto que reinterpreto y otro que dibujo en la pared, que puede ser leído como silueta, sombra o hueco del mismo, este último inclusive podría estar más próximo a una simple proyección lumínica. Hay escalas disonantes, volúmenes disonantes y variaciones de sustancias en ellos. En este caso particular, el dibujo de algunos de ellos ganó volumetría gracias a la arquitectura y en otros objetos suceden nuevas capas de profundidad. Cada objeto está construido con la premisa de que una toalla, por ejemplo, sea sólo una señal de toalla, una botella de botella, un collar un collar y así. Conformo narraciones de instantes con los roces entre cada fragmento, quizás algo similar a signos de una escritura volumétrica.
“Profanando” Objetos instalados 600 x 1500 x 50 cm Año 2018
MCB: Siempre me interesa saber sobre la decisión del artista de salir del plano –y en tu caso esto es notorio dado que vienes del campo de la ilustración. En tu caso ¿por qué crees que necesitas pasar del papel o la tela a la tridimensionalidad?
MSJ: Al venir de la ilustración y el diseño, en realidad siempre tengo presente tanto el diseño de una imagen como el diseño de un objeto. Cuando veo una imagen, mi mente comienza a divagar, a hacer asociaciones con ideas, sensaciones, etc., y si bien puede haber extrañeza, la voy llevando hacia el terreno de mis experiencias vividas. Cuando una idea tiene más masa, cuando es más lenta en el tiempo, uno se ve compelido a estar más presente con el cuerpo, el proceso mental se ve interferido o más desligado de la razón. Encuentro allí un recurso vital. Además siento que esto me devuelve continuamente una pregunta sobre mi propia existencia, al pensar cuál es la intención que nos convierte en cuerpos.
Maria Carolina Baulo
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Posted By Maria Carolina Baulo,
Wednesday, September 19, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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ENTREVERADOS, de la serie Germinal 2013 – Técnica mixta. 60 x 16 x 5 cm (medidas variables, según sea obra de apoyo, o mural horizontal o vertical) Mdf, alambre forrado con hilo de algodón, anudado
Dedicada desde 1977 a las artes visuales –y con estudios previos como profesora nacional de inglés- Noemí Schneck se formó en los talleres de Tana Sachs, Cristina Dartiguelongue y Luis Negrotti, donde experimentó con distintos materiales como los metales, fibras, papel, telas endurecidas, fibras plásticas y diversos materiales industriales aplicados a la pintura, la escultura y las instalaciones pero fundamentalmente al arte textil.
Oportunamente dije sobre la obra de Noemí que “la organicidad de los materiales, la profunda necesidad de reelaborar el pasado y transitar las experiencias amorosamente, el recurso de los sintético como herramienta creativa pero sin por eso perder de vista la influencia de la naturaleza –inclusive la humana-, crean un estado de situación donde la obra de Noemí Schneck se siente cómoda para emerger. Todo refiere a la naturaleza directa o indirectamente porque el hogar que habitamos, el mobiliario que utilizamos, son elecciones del orden de nuestros deseos, de nuestra esencia y a partir de ellos creamos el entorno donde vivimos”.
ESTAR, de la serie Mudanza, 2013 – in progress – Técnica mixta. 14 x 7 x 6 cm. Mdf, alambre forrado con hilo de algodón, anudado
Y fue ese camino el cual la llevó a obtener –entre otros-, el Gran premio adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales (2010) y el 1º Premio. Salón Minitextiles del Centro Argentino de Arte Textil (2008). Su obra participó de muestras en el Museo Sívori, Palais de Glace, Centro Cultural Recoleta, Museo de Arte Moderno, Fondo Nacional de las Artes, Centro Cultural Plaza Defensa y otros, en Buenos Aires; en los museos Mariano Moreno, Bernal; Castagnino, Mar del Plata; Latin American Museum of Textile Art, Miami; Museo de Arte Moderno, Chile; Central.Museum of Textiles, Lodz, Polonia.
Serie MUDANZA , 2013 – 2018 – Políptico de 6 piezas – Técnica mixta. 12 x 18 x 10 cm cada pieza, medidas aproximadas. Madera, alambre forrado con hilo de algodón, anudado
Maria Carolina Baulo: Una constante en tu trabajo es la economía de recursos, la preponderancia de la monocromía, la producción en serie y el uso de materiales industriales. Contanos sobre estas elecciones formales y estéticas que haces.
Noemí Schneck: La apropiación de materiales que, en su cotidianeidad, no se utilizan para hacer arte me atrae profundamente. Ver un hierro oxidado en la calle, un material interesante en una zinguería, un rollo de alambre o de tanza, una maraña de estopa, etc. implican la urgencia de tenerlos y manipularlos para que devengan en arte. Con respecto a la producción en serie, tomé conciencia de ello cuando analicé mi producción para organizar mi sitio web. Y es que cuando un tema que se apodera de mí, necesito varias etapas para su completitud. Un objeto encontrado o un material diferente pueden dar origen a la primera obra. Luego sucesivas expresiones del mismo tema aparecen en forma de objetos, esculturas, instalaciones hasta que siento -y es un sentir- que cerré el tema, que dije o hice todo lo que podía decir o hacer con respecto a él. Esto no significa que, en algún futuro mediato, no pueda retomarlos y seguir diciendo/haciendo lo que necesite completar.
DESCENDENCIA, 2015 – Técnica mixta. 200 x 70 x 200 cm. Esferas de red de tanza trabajada como masa, termofusión para instalación eléctrica, cable
En cuanto a la monocromía, puedo decir que me excede la riqueza del material como para agregarle color. En alguna oportunidad me propuse especialmente utilizar color para “descansar” de la monocromía, pero no hizo falta demasiado. Una pequeña interrupción lúdica fue suficiente para volver al monocromo tranquilo y poder agotar las posibilidades formales del material.
MCB: Objetos, esculturas e instalaciones, así como el cambio diametral de dimensiones en los formatos, son características de tu obra. ¿Por qué la elección de lo tridimensional, de tomar el espacio?
NS: No elijo lo tridimensional. La tridimensión se apodera de mí. Más aún, cuando hago obra mural -poca hasta ahora- no puedo quedarme tan sólo en la bidimensión sin emerger hacia el espacio. Tengo que referirme nuevamente a mi necesidad, mi sentir, mi casi única manera de utilizar el muro cuando lo hago. O, en su defecto, volar libremente con forma de objeto o de piezas de una instalación o con la intervención de algún objeto encontrado o buscado. No puedo hablar de una elección consciente. Es visceral.
Serie MUDANZA , 2013 – 2018 – Políptico de 6 piezas – Técnica mixta. 12 x 18 x 10 cm cada pieza, medidas aproximadas. Madera, alambre forrado con hilo de algodón, anudado
MCB: Las series “Nidos” y “Mudanza” son buenos ejemplos para abordar el contenido simbólico de tu obra. Como artista, ¿crees que es importante que la parte conceptual se vea reflejada –aunque sutilmente – en el trabajo per se?
NS: Afirmar dogmáticamente sobre la importancia del concepto en la obra de arte puede llegar a ser un exceso de soberbia. Hay obras no conceptuales que son excelentes. Por otra parte, el concepto es inherente a mi obra. Trabajo con un ideario conceptual que surge en mí naturalmente. Es decir, para mí sí es importante que el concepto se refleje en la obra, pero es fundamental que el artista sea libre para expresar su idea de manera intelectual o visceral o ambas y que, si esa libertad implica un reflejo conceptual en el trabajo per se, entonces importa. Es fundamental que prime la libertad en la creatividad del artista. Personalmente, considero que el símbolo está siempre presente en la concepción artística. Puede reflejarse de manera más o menos intensa. Lo importante es la libertad para emerger de la manera que sea. Ambas series mencionadas en la pregunta, “Nidos” y “Mudanza”, son el resultado de procesos personales que se reflejaron en los objetos/obras producidos e intervenidos, inconscientemente en un principio y conscientemente a medida que fui avanzando en el proceso creativo de las series.
Serie MUDANZA , 2013 – 2018 – Políptico de 6 piezas – Técnica mixta. 12 x 18 x 10 cm cada pieza, medidas aproximadas. Madera, alambre forrado con hilo de algodón, anudado
MCB: Sobre la obra ganadora del Salón Nacional 2010: “Glaciares II, díganle a alguien que estamos acá…” Contanos sobre esta obra, su proceso creativo y cómo impactan las cuestiones sociales en tu producción.
NS: Los temas sociales, así como los procesos intelectuales personales, son disparadores presentes en mis obras. Es imposible para mí escindirme de la realidad social circundante o de procesos íntimos. Así, a partir de una convocatoria para un concurso en la Patagonia argentina, surgió mi primer “Glaciares…”. Pero este tema no me abandonaría. Siguió vivo en mi inconsciente y en mi consciente también y, poco a poco los módulos (así los llamo) que componen la instalación fueron apareciendo, de a cientos, de a miles quizá. Y apareció, entonces, mi concepto de glaciar. Partía de la pared, pero era aéreo, etéreo y, al mismo tiempo, presente. Para los módulos concebí estructuras piramidales partiendo de una base triangular en algunos y cuadrangular en otros, en tres medidas diferentes: pequeños, medianos y grandes, piezas que no exceden los 25cm de base y de altura, los más grandes, y van reduciendo su tamaño proporcionalmente en los medianos y en los más pequeños. Cada módulo se construyó en alambre forrado con hilo de algodón de diferentes grosores, con técnica de plegado y anudado en cada uno de ellos y entre sí para armar la instalación. Los módulos más grandes se unían primero para ir en orden decreciente de tamaño hacia el espacio. El resultado fue una cascada blanca, de 200cm de altura, que parecía desintegrarse en su blancura para volverse a integrar en su totalidad, sin perder su cualidad etérea. Me importa la ecología. Me importa mi país. Y creo que tenemos que cuidarlo en la medida de nuestras posibilidades y en el lenguaje que nos es más cercano al corazón.
Maria Carolina Baulo
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Posted By Jan Garden Castro,
Wednesday, September 19, 2018
Updated: Tuesday, May 26, 2020
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The Other End of the Line, 2010 interior with work by DeWitt Godfrey, Gina Occhiogrosso, Margo Mensing, Richard Garrison, Matt Harle photo Paul Kennedy
Francis Cape’s straightforward-appearing art communicates a world view that is complex and sophisticated. As the son of a British diplomat, Cape was born in Portugal and grew up in major cities all over the world. This, and his apprenticeship to a wood carver in York, England from 1974-79 are early markers that led to his life with artist/wife Liza Phillips. Their innovative yet traditional art practices enliven the light-filled rooms of their renovated home and studios in Narrowsburg, New York, a low-income Republican area of Sullivan County that was recently devastated by a derecho, a kind of horizontal tornado. Cape told me that thirty trees were down on his land, and I could see he was already in the process of turning some fallen trees into firewood and hauling others away. In Narrowsburg, Cape serves as a volunteer ambulance driver and head of the Democratic Party and considers this his “social practice.”
The Other End of the Line, 2010 mobile home, curated exhibition 12 x 60 ft photo Paul Kennedy
Cape’s upcoming exhibition at Esther Massry Gallery, The College of Saint Rose, in Albany NY (October 5-December 8, 2018) is part of the Gallery’s tenth anniversary celebration, and the works that Gallery Director Jeanne Flanagan has chosen are thought-provoking once the viewer tunes into their histories. Cape exhibits in a range of countries (see www.franciscape.com/) In New York, for his 2013 solo show at the Murray Guy Gallery, Roberta Smith reviewed his re-creation of seventeen backless Utopian Benches from intentional communities who held property in common (NYTimes, 7/19/2013). In 2010, he and his students re-purposed a used mobile home into an art gallery The Other End of the Line at the foot of the Highline while the Whitney Museum was under construction. By the way, that mobile home –a bit like some on the Whitney Museum construction site — is once again a family’s home in upstate New York. Cape’s art wryly comments on its own design –from hand-hewn community benches to low end housing – as it also contrasts how each object’s original era, design, and geophysical location differs from 21st Century exhibition venues.
Utopian Benches, 2011. Conversation on the benches
For this exhibition, Wait, Wainscot VI, Cabinet 58, and On Main Street are fragments that each suggest something unexpected. Wait, 2002 seems like a corner with a single seat and a closed window. Cape told me, “I was thinking of (Michelangelo’s) Medici tomb and chapel in Florence, so it’s a metaphorical reference to a seat in a funerary chapel.”[1] In this context, the enclosed white space acquires somber overtones.
Wait, 2002. wood, paint 108 x 142 x 48 inches
Cabinet 58, 2005 is part of a series of 60 functional cabinet doors in a frame—except the finely-crafted working doors on hinges are sealed shut. Doors that will never open are a literal reminder that appearance differs from reality. Sealed doors suggest a range of premises from “nothing there” to “dark secrets.”
Wainscot VI, 2003 is a trope or play on seventies mass-produced panels for the lower parts of walls. The fragment suggests a part of a room. The bright yellow paint is a perky concealer of thin faux panels imprinted with photos of wood grain. Paint hides the fact that today’s “wainscot” is a fiction alluding to its British solid wood ancestor made of fine imported oak.
On Main Street, 2005 wood, paint, framed photographs 72 x 54.5 x 29 inches
On Main Street, 2005 refers to the architectural fragments that Gordon Matta Clark rescued from old buildings. Above the desk is a photo of the image directly across from the desk –an object outside of itself that situates the viewer between the photo and the object in the photo. While this corner desk is trying to “fit in” to its space in the Esther Massry Gallery, the photos on the back wall show the views from two other locations where it was shown –Sullivan County and New York City. So this work simultaneously suggests that it does and does not belong to the space it’s in.
The three tables in the center of the gallery connect Cape’s art to the world at large. Night Table, 2007 invites us to not get stuck in corners of our own making, to dive into our dreams without bedside props or pills. Occasional Table, Model 7, 2008 is either incomplete or already falling apart. It is a weak copy of a Utopian model as it relates to the photo at its base –one frame of the massive devastation in New Orleans after Hurricane Katrina.
Oil Table, 2010. wood, paint 28 x 26.5 x 21 photo credit: Warren Wheeler Colgate University
It also reminds us that Puerto Rico and its citizens have not yet recovered from hurricanes Irma and Maria that destroyed basic services over a year ago. Oil Table, 2010 is a table from New Orleans that conjures the massive BP Deepwater Horizon gulf oil spill that year: due to the rig’s cost-cutting design, profits got in the way of safety standards.[2] The loss of eleven human and countless marine lives has been literally covered up with a decorative swirly oil paint surface.
Each work brings together and comments upon the hidden histories of objects we take for granted. Francis Cape’s art asks us to pay close attention to how things are made, their life stories, if and how they function, and what this tells us.
By Jan Garden Castro
[1] All quotes from Castro-Cape conversations on 5.24.18.
[2] https://en.wikipedia.org/wiki/Deepwater_Horizon_oil_spill
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Posted By Maria Carolina Baulo,
Wednesday, August 15, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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FABIANA LARREA- El Mensaje en la botella – Intervención en el paisaje – Puerto Tirol – Chaco 2016 2017-baja resolución
Artista Visual, oriunda de Puerto Tirol, Chaco, Fabiana Larrea formó su carrera estudiando el Profesorado de de Grabado y Dibujo en el I.S.P.E.A.B.A. Alfredo Pértile de Resistencia. Como gestora de proyectos, coordinó Encuentros Nacionales y Sudamericanos de Grabado en Resistencia y en la sede del Museo Provincial de Bellas Artes René Brusau, fue co-fundadora de Grabar, asociación para la difusión del grabado con el apoyo de Fundación Antorchas y coordinó el Proyecto de Intercambio Lingüístico Cultural Argentina-Francia (P.I.L.C.A.F.). Sus intervenciones textiles se expusieron en espacios tales como la Casa de las Culturas de la provincia del Chaco, Facultad de Arte, Diseño y Ciencias de la Cultura dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste en Resistencia, en el Teatro Oficial Juan de Vera de la ciudad de Corrientes, Fundación Federico Klemm en Buenos Aires y el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Ramón Vidal de la ciudad de Corrientes.
Un trabajo elegante, delicado, donde la trama atrapa mucho más que las fibras que la componen.
FABIANA LARREA-Sin título -Intervención Teatro oficial Juan de Vera – Corrientes- 2012
Maria Carolina Baulo: Me gustaría empezar conociendo sobre tu proceso creativo y el lugar que ocupa en el concepto en la construcción de la obra.
Fabiana Larrea: Generalmente comienzo haciendo un conjunto de trabajos. A medida que voy avanzando, cuestiono mí propio hacer hasta que hay un momento en el que creo que hay algo para mostrar. Es ahí cuando me muevo hacia el objetivo y es cuando pienso en el espacio, sala, institución que albergue mi propuesta. Mis procesos a veces se demoran hasta llegar a dar con una obra que me genere algo de certeza. De a ratos escribo mucho, intento capturar cada idea por absurda que parezca. A veces intento retener las últimas palabras de mis sueños, aunque no siempre lo logro. O a la mañana, luego de mi meditación cuando me dedico a estar con las plantas, en ese momento aparecen ideas o afirmaciones que las tomo como hipótesis sobre las que luego comienzo a escribir, siempre con tinta muy aguada, nada tan firme. Entiendo a los tejidos como una forma de escritura que luego intento leer y transcribir.
FABIANA LARREA-Protegerte de mi-Acción-Parque Cambá cuá-2- Corrientes- 2012-baja resolución
MCB: Y ¿cuáles son los materiales que te permiten plásticamente ejecutar todo ese proceso que elaboras mentalmente? Sería interesante conocer un paso a paso de tu técnica tomando como ejemplo una obra textil de interior.
FL: Actualmente trabajo con hilos (monofilamento de nylon, pet, silicona, hilos de coser, alambres) o con todo tipo de materiales que puedan ser hilados (retazos de telas, botellas, tallos vegetales, azúcar). Elijo materiales que están en mi entorno próximo, que son propios del lugar donde vivo o que encuentro frecuentemente en mi hogar. Prefiero aquellos que son neutros, transparentes o monocromáticos.
En 2014 comencé a trabajar con las sombras proyectadas por hilos de coser blancos. En estos casos, realizo tejidos en ganchillo que luego son tensados, en algunos casos, sobre estructuras de acero inoxidable, conformando una especie de urdimbre sobre la que luego puedo bordar. Estos tejidos son casi imperceptibles a la vista y al ser expuestos, generan sombras que se dibujan sobre las paredes. En 2015, para realizar la obra “Todo Duerme”, coloqué en un rincón de mi taller una trama alabeada sobre la que durante las siestas de invierno fui calcando con hilos blancos el paisaje interior de ese espacio, como evidencia de las siestas del norte argentino.
FABIANA LARREA-La invención del silencio – Espacio Osde -Resistencia -2013-baja resolución
MCB: Contanos sobre la experiencia en Puerto Tirol.
FL: Desde mediados de 2016 hasta principios de febrero de este año, estuve dedicada a concretar una obra en Puerto Tirol que se llama El mensaje en la botella: Un amigo que comenzaba a incursionar en la fotografía buscaba lugares para hacer sus imágenes y yo lo invité a que venga a, Puerto Tirol. Al tiempo le pido ver su trabajo y me encuentro con imágenes de botellas tiradas en el rio, la laguna y en casi todo el paisaje. Sentí una sensación extraña. Me preguntaba cómo habían llegado cada una de ellas a esos lugares. Como habría sido el momento en que alguien las arroja, que pensamientos atravesarían las mentes de esas personas en esos instantes. Veía una modificación colectiva del paisaje y sabía que había allí alguna punta para empezar a trabajar. No tenía forma de seguir el rastro de cada envase para saber cómo llegaron allí, pero la huella estaba. Entonces me propuse hacer un desplazamiento de esas huellas hacia un lugar en el que fueran más evidentes, para eso pedí la colaboración de los habitantes de puerto Tirol. Fue un trabajo muy vincular con la gente, visitaba casas, escuelas, radios. Me interesaba propiciar ese contacto. Durante un año recolectamos botellas y deseos. Empleé ese material para intervenir el paisaje en un espacio ubicado en el ingreso al pueblo. En diciembre de 2017 habilité el ingreso al público. La gente podía ir a compartir el espacio, llevaban sus sillas, mate y tereré, mientras Claudio Rossi improvisaba mezclando sonidos propios del lugar con guitarra y dispositivos electrónicos. El público durante todo ese tiempo, continuaba renovando sus deseos en las botellas. Actualmente éste trabajo continúa colgado, no está abierto al público. La vegetación va recuperando su lugar y el viento norte va haciendo que los tensores vayan venciéndose. Periódicamente voy al lugar a registrar este proceso.
FABIANA LARREA-Sin título 3 -de la serie Ahoras 2008.
MCB: Casos como el de Puerto Tirol se vinculan con las acciones, las intervenciones urbanas o en la naturaleza y en este caso del orden de lo efímero. ¿Cómo te relacionas con esta idea de la obra que desaparece físicamente más allá de un registro fotográfico o filmación de la acción?
FL: Las obras efímeras, generalmente son proyectos que se realizan con la colaboración de mucha gente y en éste sentido, yo pienso que la materialidad desaparece, pero los vínculos afectivos dejan huellas. Creo que son gestos para recordar nuestra impermanencia en esta vida (porque, aunque creo que hay otras, no puedo tener certezas). Pienso cada obra como un recordatorio de cosas como el cuerpo, la vida o el amor que, por simples, olvidamos y por frecuentes, descuidamos. Me interesa construir espacios que invitan a explorar la potencia del silencio, y la conciencia de presente. Lugares que puedan ser habitados, aunque más no sea, por periodos de tiempo breves. Busco generar experiencias afectivas.
Maria Carolina Baulo
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Posted By Maria Carolina Baulo,
Thursday, July 5, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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FIN. Del Infinito. 2018. Mano con cadenas. Yeso, cadenas y perlas de plástico.
Formada en el Instituto Nacional de Arte (IUNA) en artes visuales, con talleres y clínicas de obra realizados con artistas como Hernán Marina, Fabián Burgos, Carlos Huffman y Elsa Soibelman, Luciana Rondolini tiene una carrera que se va abriendo paso sólidamente. Además, sus estudios incluyen programas y becas para artistas tales como el Taller Anti-proyecto de la Universidad Torcuato Di Tella (2011); la Primera edición de las clínicas curatoriales Fundación PROA (2014); Proyecto PAC, Prácticas artísticas contemporáneas (2016), todos ellos en Buenos Aires. Sus obras se exhibieron en galerías del exterior –especialmente USA- como The Mission Gallery (Chicago) y Fu art gallery (Miami) y localmente en el Museo Nacional de Bellas Artes, Fundación Proa, galería Miau Miau, el Centro Cultural San Martín, el Palais de Glace, Buenos Aires, entre otros. En 2012 fue finalista del Premio Petrobras Arteba y recibió el Premio en obra Barrio Joven por la Fundación Arteba, 2013 y participó en las Ferias Art Berlin Contemporary, Miami Project, Expo Chicago, Parc, Peru y Swab, Barcelona.
Cabeza. Enduido, pelas de plástico y adorno de metal.
Todo lo que desaparece con el paso del tiempo, es material sensible para la creatividad de Luciana Rondolini. Una obra de lectura “fácil”, accesible para el espectador, cercana a la cultura pop y que apela a la participación de todos los sentidos para tener una experiencia completa frente a ella. La mirada de la artista se centra en cuestionar aquello que el mercado nos vende, donde el “tener” es sinónimo del “ser” y los productos que creemos consumir, a veces no son todo lo que parecen. “La decadencia de todo aquello que uno quiere es la etapa más temida. Y revertirlo esta fuera de nuestro alcance, simplemente porque desafía todas las leyes de la naturaleza. Todo indicio de agotamiento, de senilidad y de fatiga producto de la disolución y la descomposición de la forma, su olor y color, provoca una reacción de disgusto seguida por la angustia y cierta repulsión. Por eso lo nuevo, lo lindo y lo agradable es lo que vende y lo que uno compra con absoluta convicción”, dice.
FIN. Del Infinito. 2018. Trenza. huesos y letras de arcilla y cadenas.
Maria Carolina Baulo: Todos los sentidos se ven comprometidos frente a muchas de tus obras. Y si sumamos el factor tiempo, la obra muta segundo a segundo: todo se descompone, se desintegra, desaparece. Contanos sobre la elección de los materiales de trabajo y porqué esta búsqueda que se desentiende de la conservación material -sin dejar de lado que tu obra se comercializa en galerías de arte-.
Luciana Rondolini: La elección de materiales responde a un espíritu de disidencia, el de no comulgar con los valores del materialismo impuestos por el mercado. Es un intento de devolver el foco de atención a la experiencia sensorial. Confrontar a la imagen dominante cotidiana con La naturaleza y sus procesos naturales. No hay mejor maestra que ella, es la que nos recuerda quién pone las reglas. He vendido cascaras de banana cubiertas con gemas de plástico que con el tiempo se fueron achicharrando, aunque siendo artista vender obra dentro del mercado del arte es aceptar esta misma lógica capitalista. Por suerte el arte, así como la naturaleza, son y serán independientes del mercado.
FIN. Del Infinito. 2018. Guante. Enduido y piezas de fantasía sobre telgopor tallado.
MCB: Un texto de Marcos Kramer para ARTE AL LIMITE (2015) cierra con una reflexión sobre tu trabajo con las frutas encerradas en gemas o las fotos personales relacionadas con famosas celebridades. Me gustaría nos contaras sobre estas series.
LR: Las frutas simbolizan lo ilusorio, la esperanza sin fundamento real de conseguir algo que anhelaba pero que era imposible de conservar. Mis frutan no han sido mordidas, recubiertas por gemas de plástico se van pudriendo sin haber sido probadas. Son alimento que no alimenta, solo brillan por un escaso periodo de tiempo. Me di cuenta que esta situación que había surgido de un sentimiento personal podía aplicarse al manejo de la ilusión que el mercado hace a través de sus iconos y estrellas pop. En nombre de la perfección y la facilidad de la vida y usando como arma el lenguaje y la falsa imagen nos fuimos condicionando y limitado en la búsqueda de la eternidad y la belleza como fuente de poder y sacralidad. En estado material la eternidad no es física y la belleza no es un patrón comparable que te acerca o te aleja del promedio explotable comercialmente sino que es algo que cada uno tiene que descubrir.
My Silver Path. La tensa calma de la superficie curada por Mariano Soto. Centro Cultural San Martin. 2012. Cofre de acrílico y metal. Collares de perlas. Frutas recubiertas de gemas de plástico. Arena y espejos.
MCB: Es interesante el contrapunto entre la escultura del 10 metros de un helado hecho en acero y plástico, montado en un edificio de Colonia, Alemania, y la escultura de hielo, efímera, seleccionada en el Premio Petrobras-2013 para mostrarse en el contexto de una feria de arte internacional como arteBA. ¿Qué nos podes contar de estos trabajos?
LR: “Calamidad cósmica” era una serie de esculturas de hielo con forma de helado de palito que medían un metro ochenta haciendo referencia a la altura promedio de una persona. Es una metáfora sobre el paso del tiempo y la desintegración del cuerpo dentro del contexto de una feria de arte donde las obras son objetos a la venta. Comparto con el Pop el uso que hace de las estrategias básicas de publicidad para que la obra sea atractiva al que la mira. Si bien sus colores brillantes y la imagen atrayente es una referencia muy presente, mi interés no fue simular la realidad sino que el público estando en la feria pudiera experimentarla, oler el aroma del helado, sentir el frio del hielo y verlo derretirse.
Ultimas Revelaciones. 2015. Instalación. 7 x 2 x 1.5 m. Oleo sobre madera calada. Cadenas con perlas y bijouterie. banana sobre el piso
MCB: ¿Porqué tu obra alude tanto a la comida?
LR: El hecho de trabajar con comida tiene que ver con la nutrición. Lo que consumimos diariamente de la realidad que nos rodea. Esa que muchas veces está decorada como una torta de casamiento.
MCB: Tu última muestra “FIN” en la galería Del Infinito se concentra en el fin de las utopías ligadas a los conceptos de belleza, juventud, bienestar adquirido mediante los bienes materiales. ¿Cuál es la manera que encuentras para seguir expresando una inquietud constante en toda tu producción sin repetir fórmulas y siempre buscando un nuevo formato, materiales y hasta estética?
LR: Esta inquietud constante va evolucionando a medida que pasa el tiempo. Comencé trabajando con la idea de la desintegración entendida como lo que se echa a perder inevitablemente, hasta que me di cuenta que mi interés tenía que ver con una potencialidad desperdiciada, que en gran medida era culpa de la manipulación mediática ejercida. Descubrí entonces que es necesario despertar del sueño que nos venden diariamente para encontrar un sentido que sea propio. “Fin” simboliza el final de una antigua búsqueda y el comienzo de un nuevo sentido que al mismo tiempo se convierta en un nuevo fin.
Maria Carolina Baulo
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Posted By Jan Garden Castro,
Thursday, July 5, 2018
Updated: Tuesday, May 26, 2020
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Passeo di Palmyra ’18 concrete and animal skull 22’h x dim var. Photo Cervin Robinson
After I missed seeing Lucy Hodgson’s solo show Hail and Farewell: Tyrants at Play at SOHO20 in Bushwick, I saw the work installed in her studio. I was drawn there, in part, by the passion in her artist statement excerpted here:
As a sculptor and printmaker, my three dimensional works and etchings express outrage at the ongoing obliteration of antiquity due to warring factions. The ingredient that motivates the carnage is, of course, not religion — the trope used to manipulate war— but petroleum. In the Middle East, monuments that took centuries to plan and build have become rubble and dust. Since the need for fuel – primarily for military purposes at first – arose at the beginning of the 20th century, we have seen ancient cultural heritage sites become magnets for foreign greed and for despotic acts of wanton destruction.
See the Conquering Hero Come, 2018, concrete and steel app. 80’hx 24’w x 30’d photo L. Hodgson
My latest constructions represent the ruined temples of Syria and the treasures of Iraq. Hail and Farewell: Tyrants at Play at the SOHO20 Gallery (April 19 – May 20) is an exhibition in which I try to evoke the senses of desperation and futility that come from seeing beautiful, civilized, cleverly engineered structures wantonly destroyed for political gain. Tiny hands — whose you can guess — ballooning from the rooftops, salute, wave goodbye, give and revoke assent, and otherwise manipulate the future. Twisted pipes, wires, rusted bedsprings and machine parts sprout from miniature buildings and columns made from cast concrete. Black “oil spills” made from polyester seep up through the floors threatening to obliterate the whole structure.
In my past work I have protested the extraction and processing of fossil fuels by hydraulic fracturing, or fracking, and drilling– processes which destroy most of the surrounding environment….
Farewell to Aleppo 2018, concrete and Envirotek, 24’h ( w. pedestal 72′) x 14′ x 14′ Photo Kate Milford
Hodgson’s statement expresses her passion about her subject and what, how, and why her art about ancient art is vital to her. Hodgson presents her themes, materials, and contexts directly yet leaves viewers room to see the metaphors, synecdoches, humor, irony, and shadows:
- Each art work addresses an aspect of the larger, universal problem, making each
- SYNECDOCHE (part of a whole): Hodgson’s pipes and columns symbolize systemic destructions of particular ecosystems and cultures.
- extended METAPHORS (direct comparisons). Architectural fragments denote both world heritage sites and human lives.
- SYMBOLS: Hodgson’s plumbing pipes symbolize oil pipelines and fracking as well as the resultant pollution of water, air, and land.
- The installation uses light and shadows to double and triple the drama/impact of the art.
Good to the Last Drop 2011 sassafrass pine and steel 90′ x 14′ x 8′ Cervin Robinson photo
The studio is in transition since the artist is moving to Rhode Island soon. Her huge press is already gone. However, she has set up lighting so that I can see Paseo to Palmyra, 2018 (concrete and rodent skull), the passageway of double columns with the same tiny hand on top of each column. These create taller shadows whose symbolism could mean anything from hello to goodbye to “Heil, Hitler”: a multivalent message. The small hands allude to a key authority figure. Hodgson tells me the title and art refer to the Temple of Baal (1st C. A.D.) in Palmyra, Syria, the most important temple in the Middle East, which was destroyed by ISIS in August, 2015. Online images show dramatic pictures of Isis literally blowing it up and also beheading the 82-year-old Director of Antiquities.
Taking it All to a Higher Power, 2017 is a curious tower structure of concrete, wire, Envirotek, and steel pipe. It alludes to the mud towers in Yemen that Freya Stark writes about her 1937-8 accounts in her book A Winter in Arabia. Clearly, Hodgson’s mud tower alerts us about the country’s poverty as it reminds us of the ongoing civil war.
See the Conquering Hero Come, 2017 could be a horse’s head or a camera; its triple shadows allude to those cast worldwide by the oil industry. The head with curious nobs and pipes stands on a slender pipe with tripod camera legs.
Farewell to Aleppo, 2017 is a multi-column building with a hand waving atop its domed roof. This mourns the destruction of another temple leveled by bombs and war and also represents the thousands of deaths in the region. The hand suggests that the United States, rather than acting like the voice of reason, shares responsibility for the region’s devastation.
Where the Wild Goose Ends Up 2013, goose breastbone and wings, Envirotek, painted wood. 14′ x 14′ x 3′ photo Cervin Robinson
Earlier sculpture in the studio includes Good to the Last Drop – from a series on trees being destroyed by fracking, and Where the Wild Goose has Gone – a framed goose breast bone with wing shoulder bones in a wire cage on a black oil (Envirotek) background.
In the studio, some tools are still in their places, but Hodgson’s pending move is forecast in a labyrinth of empty bookcases. These plus three walls of windows at the far end of the studio suggest an artist whose large body of work encompasses a compassionate world view beyond the neighborhood. See LucyHodgson.com for a fuller picture.
By Jan Garden Castro
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Posted By Gracelee Lawrence,
Wednesday, June 13, 2018
Updated: Tuesday, May 26, 2020
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Aimee Gilmore, Milkscape (Chamber). Courtesy the artist.
Aimee Gilmore is an artist based in Philadelphia whose current work is intimately connected with her experiences as a mother. Working across a variety of media, from breast milk and baby clothes to neon and rubber, she oscillates between the miraculous moments and the banal aspects of motherhood. Turning over ideas of time and nostalgia, Gilmore’s work deals with the emotions and objects of motherhood by giving voice to an experience that is so often taken for granted. In this interview, Gilmore shares about the trajectory of her work, nostalgia, and the marginalization of motherhood.
I’d love to know a bit about your work before you became a mother and how the shift in subject played out in your practice. Was it sudden or a slow trickle? A surprising deviation or a logical continuation?
It was definitely a logical continuation to my work, a slow trickle for sure. The work was always focused around the idea of a personal narrative, and I’ve also always looked to my (female) body as a source of inspiration, as I admire and am mystified by its deep complexities. I see the inherent cyclical nature of my (female) body as relating very directly to the ways that I work in my studio; the ebbs and flows of an idea transitioning into reality, the highs and lows of successes and failures, etc. Even before becoming a mother I saw my (female) body as having potential to be a medium or tool for making.
Aimee Gilmore, Chromes. Courtesy the artist.
Your work is so tied to your lived bodily experience. Do you see a separation between the two?
I see the two as being very harmoniously connected. My lived, bodily transition into motherhood radically transformed every aspect of my life. Maya was three months old when I started my MFA program. My body was still evolving through the ‘fourth trimester’ of pregnancy, so I was still in recovery mode both emotionally physically. The labor of motherhood lingered in a way I was not prepared for. After a woman gives birth, some of her baby’s cells remain inside of her. Forever. She now carries a piece of that child with her for the rest of her life. I can’t think of a more potent and beautiful metaphor describing the lived, bodily experience of motherhood.
Aimee Gilmore, Milkscape. Courtesy the artist.
Your current work seems to be primarily focused on body, objects, and lineage, particularly looking at the materials of mother/childhood that are often treated as vapid or overly nostalgic. How have you co-opted these predominately negative connotations and turned them to your use?
During our collective (and greatly overdue) societal shift towards reassessing national monuments–who they’re for, who they’re of, what they represent–I started connecting how I viewed the material trace of motherhood to monuments. I view the objects that I choose to work with as relics. Relics of smallness and vulnerability but ones that are often discarded or devalued because they are explicitly mundane and evocative of nostalgia. Instead by preserving, coating, encapsulating and highlighting these objects I strive to honor this time in motherhood when you can become so dependent on an object to soothe or comfort or get you through a rough night–monuments to motherhood.
In a similar line of thought, what is your relationship to the idea or process of an archive in terms of nostalgia? From previous conversations, it seems like some of your work almost acts as an archive of your daughter’s life, which can certainly bleed over into questions of sentimentality.
I think we collect and hold into things to allow ourselves the permission to feel reflectively sentimental. A personal consent to relive those memories that maybe we didn’t even realize were so precious while we were experiencing them. Seemingly mundane objects transform when they’re given time to be missed or forgotten. I’m really interested in the negative connotations that exist around objects of motherhood. They’re often referred to as overtly sentimental. But for whom is an object sentimental? And why are they viewed negatively? I find power and comfort in this collective nostalgia shared by mothers. Once you become a mother you will never look at a pair of teeny-tiny socks the same way.
Aimee Gilmore, Mom of the Year. Courtesy the artist.
Women and children have traditionally been marginalized and systematically removed of agency. Do you think that this compounds when it comes to motherhood and the societal place of the mother-child relationship?
Absolutely. As a society we still have a lot of work to do in regards to the value, or rather lack thereof, that we place on the labor of motherhood. Mothers and children aren’t granted the space they need to be protected. One example of this bias can be found surrounding breastfeeding. Instead of being acknowledged for what it truly is: a beautiful connection between mother and child, pressed body to body in an intimate exchange, breastfeeding is still treated as something that should be hidden. Designated breastfeeding spaces are often dark, dismal closet-sized rooms meant to hide, not highlight the beauty and raw power of a woman’s body nurturing her child.
Aimee Gilmore, Rubber Dog. Courtesy the artist.
I was drawn to this excerpt from your artist statement, “As my body grew through connection, her body grew in preparation to separate. For nearly a year, one person exists as two people.” The way that you write about your work, particularly in terms of your experience as a mother, brought many new layers of poetry and perspective about the constant necessity of building up and letting go involved. How does writing play into your process?
This was actually a huge shift in my studio practice, which started in grad school. I found myself being increasingly dissatisfied with my previous methods of brainstorming. I felt that sketching did not allow my ideas to arrive in their clearest form, so I transitioned into writing as my first step. Initially I saw it as a way of freeing my thoughts from my own judgment. Now the writing at times exists as the work itself. I’ve found that sometimes the words need to be their own thing, co-existing with a piece instead of transforming into one.
By Gracelee Lawrence
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Posted By Jan Garden Castro,
Wednesday, June 6, 2018
Updated: Wednesday, May 27, 2020
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Currency Converter, 2016. Various objects, pigment print on archival paper. Courtesy Tanya Bonakdar Gallery, New York . Photo: Jean Vong
Agnieszka Kurant discusses the concept of collective signatures, including one for the façade of the Cleveland Museum of Art. She is the Ida Ely Rubin Artist in Residence at the MIT Center for Art, Science, and Technology.
Agneiszka Kurant: As we have learned, Facebook gave away personal data of 50 million citizens to Cambridge Analytica for targeted political propaganda purposes. So these theoretically harmless exploitations may not only bring profit to private corporations but also destabilize our democracies. The A.A.I. project allowed me to think about how societies, communities and social movements are creating collective personalities that are like super-organisms with one collective personality/identity. I was inspired by a collective intelligence organism called the slime mold, which despite the lack of any nervous system becomes intelligent in aggregate: if in danger, millions of disparate cells come together and move as one unit. I also thought about the fact that contemporary production is based on crowd creativity. Internet memes resemble the monuments of human imagination such as the Bible and mythologies, which were also created collectively and anonymously. Today these new quasi-monuments circulate and mutate like viruses.
The End of Signature, 2013. LED light sign, housing projects, central Utrecht. Courtesy of TAAK Utrecht. Photo: Jannes Linders
The project The End of Signature reflects further on this train of thought – this phantom, dormant capital that can be aggregated when people get together for a social movement or a common cause. I was also thinking that, especially here in America, people are thinking about how little impact they have over politics and over what’s happening in this country. The last presidential election made people realize that actually, even people who are dispossessed, in aggregate, do have an impact and can possibly make a change. It’s not necessarily a change for good but perhaps these aggregated energies can be captured for a good cause, as with the collective intelligence of Wikipedia, where hundreds of thousands of people contribute their work for the common good.
Since 2013, I’ve been creating collective signatures for various communities and social movements. The first time I did it was in Utrecht in the main public square, where a disturbing thing was happening. The center of the city was mostly privatized, but a thousand people were living in a housing project on that formerly public square. The building is from the ‘70s and three generations are living there, but it became an island of public property in the middle of private property. There was a conversation about whether the space still belonged to them or not. I generated a collective signature by collecting all the signatures of people who lived in this building – of various ethnicities, backgrounds, and ages.
The Half Life of Facts, 2017. Pigment print on archival paper. Courtesy Tanya Bonakdar Gallery, New York and Galeria Fortes D’Aloia and Gabriel, Sao Paulo. Photo: Jean Vong
Further on, I have generated signatures for various communities joined by a common cause or a protest movement. For example, I did one for the protest movement last year in Poland against the fascist government, and one for some representatives of the Occupy Wall Street and the Indivisible movements.
In Cleveland, the subject for the 2018 Triennial is: an American City. Cleveland is part of the rust belt, and there’s a conversation about what agency people have in this city, how many are left out, and what is the role of public institutions and the cultural, financial, and intellectual capital that can be harvested. So for this iteration I am generating the collective signature out of the signatures of all the people that contribute to the cultural, financial, and intellectual capital of the Cleveland Art Museum – from the guards, cleaners, and temporary workers to the curatorial staff to the board of this museum. As in earlier instances, I worked with a computer programmer to generate this form using an algorithm created especially for this purpose. The signatures are scanned and then this custom-made program fuses all the signatures into one averaged aggregated form. It will be displayed on the façade of the Cleveland Museum of Art.
Assembly Line, 2017. Realized with the participation of the workers of the Amazon Mechanical Turk online crowdsourcing platform
3d-printed resin, copper, nickel. Courtesy of Tanya Bonakdar Gallery
Photo: Jerry Liu
Castro: What is the process for displaying it?
Kurant: I developed a system which allows for rendering visible the flows of energy. In my practice, I collaborate constantly with various professionals, including engineers. I’m working with a high-end light studio in New York. We developed a form which imitates the flow of ink with light. It’s going to be an LED light sign, but it looks like a flow of black ink — as if an invisible hand was perpetually signing the museum wall. It’s all done with light technology. The previous iterations of this piece were done with actual liquid inks .
Castro: This is a further advance of the technology.
Kurant: Yes. I have been interested in how, in the contemporary world, social energies can be compared to and converted into other forms of energy, e.g. kinetic or electrical. The contemporary economy, in which both money and labor are undergoing gradual dematerialization, relies more and more on the circulation and transformation of energy into and out of form. Economists since middle 19th century have been comparing the principle of conservation of energy in thermodynamics to the conservation of value in economics. A Ukrainian socialist, Sergiey Podolinsky, unsuccessfully tried to persuade Engels and Marx that energy was a more correct value principle than embodied labor. He anticipated that in the future energies will become currencies. After Nixon and the end of the gold standard, the value of money is no longer guaranteed in gold. Since then, people are looking at energies to see what can guarantee the value of money. A few days ago, Venezuela created a crypto-currency, the value of which is based on their oil resources. The only thing needed to power a digital crypto currency such as Bitcoin is electrical energy, since even the management labor is automated. In the contemporary world, social energies are being mined in the same way that oil or gas or gold were mined before. Today, we no longer know when our labor or social capital is being harvested. Private corporations use behavioral forecasting to capitalize on predictions of our future decisions, movements, and habits. Our interactions are a dispersed social factory. This is complemented by all the trumped up waves of social unrest caused by the bots, the click-farms, troll farms – fake social energies, positive or negative.
Untitled , 2014 . conveyor belt and mirror Courtesy Tanya Bonakdar Gallery, New York Photo: Jean Vong
Castro: What are click farms?
Kurant: Entire warehouses stuffed with people who spend all their time clicking and liking pages for money. Troll farms are similar warehouses, in Russia, for example, that are creating dis-information — fake news – and posting it to generate waves of positive or negative energy. All this is being harnessed and harvested by algorithms. In the collective signature, algorithms allow quantification and valorization of social energy. My work is about how aggregated social capital can be used for good causes. Its value can even be calculated.
By Jan Garden Castro
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Posted By Maria Carolina Baulo,
Wednesday, June 6, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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Boarding Pass. Expo individual, Galería 90, Rio de Janeiro. 2006. Foto: Davy Alexandrisky
Mitad brasilera, mitad argentina, Ileana Hochmann transitó toda su vida los caminos marcados entre el Rio de la Plata y Rio de Janeiro. Con formación en la Escola de Artes Visuais Parque Lage, su obra lleva la impronta de la inmigración/emigración, la fuerza de lo ritual y a su vez se asocia a la generación de los artistas latinoamericanos -más específicamente aquellos contemporáneos al Tropicalismo- y a la renovación que sacudió la idea del objeto artístico tradicional proponiendo una estética propia de la identidad latinoamericana. En este contexto, la obra de Ileana Hochmann indaga sobre su historia personal plasmada en un trabajo autorreferencial sin por ello desconocer el contexto en el cual se inscribe su discurso. La obra muta, se adapta a las posibilidades plásticas y estéticas que ofrece la contemporaneidad, insertándose naturalmente en el contexto internacional, manteniendo su producción consecuente en cuanto a contenido y multidisciplinaria en lo referente a presentación formal de la obra.
Sus obras han sido expuestas en Galerías y Salones de Arte en Buenos Aires, Copenhague, Roma y Rio de Janeiro. Sus trabajos forman parte de la mayor Colección de Grabado y Objetos de América Latina y varias Colecciones particulares.
Maria Carolina Baulo: Me gustaría empezar con tu relato sobre la importancia que tienen en tu trabajo la “condición carioca”, el judaísmo y la inmigración/emigración, los cuales se ven reflejados en tu obra desde los inicios.
Ileana Hochmann: La “condición carioca” o también para mí “la condición solar” implica haberme nutrido en mi formación, desde muy joven, en sintonía con los cambios de la década del ’70 en Rio de Janeiro. En lugar de la preeminencia de la forma, se planteaban nuevos estados del arte: el objeto, el concepto y el cuerpo. En cuanto al judaísmo de los antepasados (Rusos), el llevar la palabra escrita bajo el brazo por la prohibición de poseer tierras, ese texto, ese contar (storyboards), esa letra, no necesariamente literal, esa “condición de exilio/pasión” está presente en mi obra. Sobre la inmigración/emigración: En ese flujo de aguas y puertos (Odessa-Rio de Janeiro-Buenos Aires) descubro que las experiencias dejan huellas que intencionalmente, o no, pueden aflorar. Cuando aparece una orilla, desaparece la otra. En ese ir y venir, mi obra alterna entre lo que se ve y la reversibilidad de lo invisible.
Língua de fora com nozinho na caixa. Técnica mixta. 40 x 22cm. Van Riel, 2008. Foto: Davy Alexandrisky
MCB: La serigrafía es una de las técnicas que más te definen como artista. Sin embargo la obra no se agota allí: trabajas con fotografía, textiles, objetos e instalaciones. Contanos sobre la elección de la serigrafía como base de tu trabajo y la necesidad de pasar a otros soportes.
IH: La propuesta que elegí desde un principio fue la técnica de serigrafía; rompe con la función de la mera reproducción y repetición de una matriz. Para mí la serigrafía es hoy la técnica más contemporánea ya que permite imprimir sobre cualquier tipo de superficie, ampliando las posibilidades en mi obra, experimentando sobre fotografías, acetatos y otros materiales que me conducen a la tridimensionalidad y a la instalación. La fotografía está muy presente, a veces como punto de partida para iniciar una serie, como una de las “capas” de mi trabajo. Siendo intervenida, reimpresa y vuelta a intervenir. Finalmente la fotografía de la obra deviene la propia obra.
Nozinho com a língua de fora. Nudo de papel papiro impreso con serigrafia. Lengua de banano disecada. 10 x 15 cm.
Fotografía: Davy Alexandrisky
MCB: Tu obra pareciera estar siempre reelaborando los mismos contenidos pero presentándolos desde distintas perspectivas, cada vez más sintéticos y conceptuales, siempre guardando la estética y el misterio pero en definitiva, contando la misma historia. ¿Cómo se logra sostener esa búsqueda en el tiempo sin que el artista se repita?
IH: Creo que el hilo conductor de la obra ha sido, al inicio una “analogía histórico-arqueológica” familiar y de la condición femenina. Esa mirada y ese método de producción continúan vigentes, transformándose con el tiempo en acciones poéticas, instalaciones, performances donde el cuerpo, un pájaro, un nudo o un osobuco reelaboran y exceden el ámbito personal de mi obra. Una está siempre diciendo lo mismo, de formas diferentes. A ver, cuando algo me despierta curiosidad, interés, la foto analógica del parto, una letra, seguramente aunque no lo sepa de inmediato ya son elementos de mi vocabulario / lenguaje que subyacen y luego afloran en mi obra.
MCB: Me gustaría que contaras cuáles son los elementos iconográficos que aparecen sistemáticamente en tu trabajo y que dieras un ejemplo de su reelaboración en la presentación plástica, por ejemplo, pasando de lo bidimensional a la tridimensionalidad.
IH: Como te comenté anteriormente, un pájaro se transforma en sello y deviene ícono. Un texto que se transforma: La materia impresa sumergida en el agua, anudar la palabra, deviene en nudo, un objeto, un ícono. De la imagen impresa bidimensional, surge el objeto tridimensional. Tanto los “rollos” que nunca podemos descifrar completamente, como los acetatos que se retuercen y bailan con la humedad del ambiente, son tridimensionales y son un ejemplo de la reelaboración en la presentación plástica.
11- Tríptico Duro por fora, mole por dentro. Fotografía impresa sobre papel de algodón. 170 x 75 cm. Expo SUB_19. Palacio Pamphili, Roma 2012. Fotografía: Davy Alexandrisky
MCB: Sobre tu último proyecto en curso: “Fiz das tripas, corazón”. En esta oportunidad aparece la performance donde te apropias del espacio poniendo tu propio cuerpo en cuestión y donde la obra se completa con una instalación de objetos y fotografías. Contanos sobre este trabajo y esta nueva mirada que asumís.
IH: Hay en mi trabajo siempre una forma de expresarme a través de rituales que resultan en objetos, en obra. “Fiz das tripas, corazón” propone una suerte de “ritual antropofágico”: un video en loop da cuenta de una danza donde se revela parte de una imagen protagonizada por mi donde mi rostro se despliega en el tiempo partiendo de una foto-performance que todo lo que contiene es una imagen tomada en el momento de parir a mi hija hace 40 años. El sonido que acompaña el video es fundamental porque se compone del canto del Uirapurú, cuyo canto es clave en el concepto que integra la obra. Según la leyenda, el canto de este pájaro del amazonas trae bendiciones a quien lo escucha; se oye durante algunos minutos y solo unos 12 días por año, el tiempo en que construye su nido. Cuando canta, los otros pájaros se callan para oírlo trinar, dejando casi en silencio la ruidosa Selva amazónica. Esta obra integra distintos aspectos donde se entrecruzan experiencias concretas con leyendas y estéticas propias del movimiento antropofágico brasileño.
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Wednesday, May 9, 2018
Updated: Friday, May 29, 2020
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Galeria Schlifka Molina 2014
Nacida en Buenos Aires, Cecilia Mendez Casariego es escultora y docente, formada en Escuela de Bellas Artes “Manuel Belgrano” como Maestro Nacional de dibujo (2002) y Profesora en Artes Visuales (2012). Su formación se completa con las clases de dibujo con Marcia Schvartz en la Escuela de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova así como las clínicas de obra con Sergio Bazán y Silvia Gurfein.
CMC se cuestiona sobre las identidades, las apariencias, aquel rostro que nace con uno y aquel que se va transformando con el tiempo en la interacción con el entorno que habita. Y se preocupa por entender cuál de todas esas caras es la verdadera, o quizás todas ellas lo sean. Como escultora, se apoya en la figuración contundente de los gestos expresados en los rostros de los niños, en escalas totalmente disonantes con la realidad lo cual nos permite tomar cierta distancia pero aun así sentirnos tocados, identificados. Dice la artista: “El rostro humano se convierte en superficie de proyección de temas existenciales como la búsqueda de significado e identidad personal, proponiendo una reflexión sobre la persistencia de la existencia humana”.
Diámetro y Caída, Galería Schlifka Molina, 2014 (2)
En el 2013 es seleccionada para participar en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires. Participa en diferentes muestras individuales y grupales siendo las más destacadas de la última década: “Los infantes en el paraíso”, Centro Cultural Recoleta (2015); “Diámetro y Caída”, Galería Schlifka Molina (2014); Bienal de Arte Joven, Ciudad Cultural Konex (2013); “Vistiendo época”, Mito Arte Contemporáneo, Uruguay (2013); “Tópica dérmica”, Mito Arte Contemporáneo, Uruguay (2012); “Las Octavas”, La Fábrica Perú (2011); “Verano”, Galería Jardín Luminoso (2010).
Maria Carolina Baulo: Cabezas: el tema principal de tus esculturas ya desde 2012. Aunque creo que sería más exacto hablar de rostros y expresiones, específicamente canalizados a través de la figura de los niños. Contanos sobre esta búsqueda.
Cecilia Mendez Casariego: Diría que me interesan mucho las personas. Trabajar con rostros es una manera de acercarse, de comprender. Observar niños, bebés, me permite conocer algo oculto, quizá no visible hoy. Es el comienzo de alguien, en un estado de pureza, de no contaminación, previas a su construcción social. Creo que ese fue el punto de partida de mi trabajo. Recopilar fotos de recién nacidos y observar. Quería descubrir cuáles serían los primeros gestos inherentes a todos los humanos. Nuestros primeros pasos de comunicación. Ese primer diálogo que establecemos me obsesionaba, creo me obsesiona todavía. Al no existir el lenguaje, la comunicación está dada por lo visual. Trabajo con la fantasía de que el rostro es completamente móvil, se va modificando con nuestras vivencias. La decisión de volverlos volumen es una manera de capturar esa trasmutación. Volver rígido lo móvil. Trabajar el movimiento de la forma.
Saltar con su propio explosivo, porcelana fría, 62 x 55 x 60 cm, 2013, Bienal de Arte Jóven
Mirándolas hoy, ya no sé exactamente qué son. A veces me preguntan si son personas muertas. No fueron pensadas de esa manera, pero podrían ser seres previos a la existencia o posteriores. Son rostros que habitan objetos.
MCB: ¿Qué técnicas y materiales utilizas?
CMC: La mayoría de las obras están modeladas con porcelana fría. Me interesa este material porque me permite trabajar directamente, sin moldes. Es de secado rápido, no es tóxico y es suave al tacto. Además es ¡bastante económico! El interior de las obras tiene de todo un poco, lo que encuentro para generar volumen. Me divierte mucho construirlas de este modo. Me gustan los accidentes que producen en la forma final estos materiales improvisados. No sé si es importante saber esto para leer la obra, pero a mí me estimula trabajar de esta manera.
MCB: Renato Rita escribió: “Las inusitadas cabezas que Cecilia apoya en el cuerpo de la imaginación, incitan a una percepción interrogante: ¿podemos sostener ya en este mundo el exacerbado propósito de nuestros sentidos?”. ¿Cómo se identifica tu obra con esta definición?
CMC: Mientras trabajo me hago ese tipo de preguntas. Un conjunto de preguntas sobre el destino, el sentido de la vida, la identidad. Cuáles y cómo son las formas que vamos teniendo. Qué cosas afectan esa transformación. Cómo nos formamos afecta nuestra forma, O siempre hubiéramos sido los mismos. Elijo la cabeza y la escultura para canalizar estas preguntas.
Galeria Schlifka Molina 2014
MCB: Sobre la muestra colectiva (Cecilia Méndez Casariego, Cintia García y Sofía Reynal) “Diámetro y Caída” en la galería Schlifka Molina (2014). ¿Cómo funcionaron tus esculturas en diálogo con el trabajo de otros artistas?
CMC: Me gustó cómo se vieron las obras en ese espacio. Estaban desparramadas aleatoriamente por el piso de la galería, por grupos. Interrumpían el paso, aparecía alguna detrás de una pared, miraban por la ventana. No había un diálogo directo con las otras obras, y a la vez sí lo había. Intuitivamente funcionaban bien juntas. Quizá algo de la energía con que habían sido hechas.
MCB: Siguiendo la pregunta anterior, quien fuera el curador de la muestra, Sergio Bazán, calificó tu obra como una suerte de barómetro de los estados de ánimo infantiles que se hace presente tanto en los colores como en los volúmenes. Me interesa especialmente conocer cómo expresas plásticamente estas percepciones.
Esmeralda, porcelana fría, 67 x 62 x 75 cm, 2015
CMC: En esas primeras esculturas aparecía más visible la intención de capturar expresiones determinadas. Para mí esos gestos iban teniendo un color. En mi obra actual los gestos y los colores se fueron borroneando. Cómo si ya los hubieran transformado, dejando sólo la huella. Las cabezas se parecen más entre sí, pero a la vez cada una es única y diferente. Como una idea de inventario humano. Me interesa mucho la idea de unicidad de cada uno. Paradójicamente la idea de comunidad también está presente. Siempre pienso las obras como un conjunto.
MCB: ¿Cuáles son los planes para el futuro; ¿ pensás seguir profundizando esta línea de trabajo, tanto en tema como en estética o se te presentan nuevas inquietudes para empezar a desarrollar?
CMC: Estoy preparando una muestra para el Hospital Muñiz, encuadrado en un proyecto que se llama Museo Urbano. Tienen vitrinas en varios hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires. Es un proyecto que valoro muchísimo. Me parece muy loable tener la intención de acercar arte a donde no llega con un ánimo de sanar. El vínculo entre arte y salud me interesa. Estoy trabajando con figuras humanas en escala real materializadas en algodón. Estas figuras estarán ubicadas en una caja de vidrio. Uno cae y el otro quiere escapar. También haré una muestra para Fundación Osde. Al estar sobre la calle, será vista por un público masivo. Me resulta un desafío trabajar en esculturas de mayor escala. Entre mis primeras obras había retratos de personas cercanas a mí, otras no tanto. Tres de ellas poseen hoy en día una condición, cada una diferente pero que requiere un tratamiento, una atención especial. Tengo la intención de volver sobre esas imágenes ahora atravesadas por un proceso de recuperación. Estoy trabajando con otros materiales para simbolizar ese proceso. Los rostros poseen parches, cascos, máscaras, interrupciones. Un rescate.
Maria Carolina Baulo
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